EUROPA
PRESS
23 noviembre
2020
Los
peligros para la piel de las fragancias ‘escondidas’ en productos
de cosmética, higiene y limpieza
Tras evaluar las pruebas epicutáneas hechas a más de 19.000 pacientes durante más de
cinco años, dermatólogos del Grupo Español de Investigación en Dermatitis de
Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC) han concluido que las fragancias
"escondidas" en los productos de higiene, cosmética y limpieza son
responsables de un gran número de dermatitis de contacto alérgicas; así, han identificado
las más frecuentes implicadas en esta patología para los diferentes grupos
poblacionales en España.
Según estos investigadores, la gran mayoría de productos de
higiene, cosméticos y del hogar contienen fragancias que hacen más agradable su
uso. Sin embargo, estas sustancias olorosas constituyen la segunda causa más
frecuente de alergia de contacto, tanto en la población en general (1-4%) como
entre los pacientes con dermatitis de contacto (6-14%).
La dermatitis de contacto alérgica es una inflamación
mediada por el sistema inmune tras el contacto de un alérgeno con la piel. Se
manifiesta con una erupción cutánea que produce picor, piel seca y agrietada, y
a veces hinchazón y dolor. Una vez que la persona se ha hecho alérgica a una
sustancia, lo será para toda la vida, por lo que el tratamiento empieza por
eliminar el contacto con la sustancia causante del problema. Por este motivo,
es importante que aparezcan en el etiquetado de los productos de uso cotidiano
todos sus componentes.
La residente de cuarto año en el Hospital General
Universitario de Alicante y primera firmante de este trabajo, María José
Sánchez Pujol, señala que el objetivo del trabajo fue "conocer qué
fragancia era la más importante en cada grupo estudiado".
"La primera parte de este proyecto ya fue publicada en
2019 en la revista 'Contact Dermatitis'. Esta segunda entrega, que ha liderado Maria José Sánchez Pujol, también está siendo evaluada para
difundirse en la misma publicación", explica el jefe de Servicio de
Dermatología del H.G.U. de Alicante y coordinador de este trabajo, el doctor
Juan Francisco Silvestre.
Para ello, a lo largo de esos 5 años, se realizaron y
analizaron pruebas epicutáneas con la serie estándar
española en 19.588 pacientes, de los cuales 1.590 (8,1%) tuvieron reacciones
positivas al menos a un marcador de alergia a fragancias. De estos, 1.013
fueron testados con una batería de fragancias específica.
Las fragancias más problemáticas
Los resultados obtenidos muestran que en los hombres (363),
la fragancia 'E. prunastri' (un aroma que recuerda a
la madera, tierra o algas marinas) fue el alérgeno más frecuente. Por el
contrario, en las mujeres (650 testadas) fue el geraniol
(que aporta un olor dulce, floral, a rosas) la fragancia en más ocasiones
causaba sensibilización.
Entre los niños (28), el principal alérgeno encontrado fue isoeugenol. Sin embargo, en los pacientes jubilados (205)
predominó la sensibilización a geraniol y E. prunastri.
Por regiones corporales afectadas, geraniol
fue el alérgeno más frecuentemente encontrado en los pacientes con eccema de
manos, cara y piernas. Si se concreta en el eccema de piernas, la mayoría de
los casos implicaban a alérgenos como geraniol, 'E. prunastri' e isoeugenol. Por el
contrario, en los pacientes con eccema de manos predominaron 'Lyral', geraniol y citral. Del mismo modo, en los casos con eccema de cara,
hay pacientes sensibilizados a geraniol, a 'Lyral', y a citral.
Los pacientes con dermatitis ocupacional estaban
principalmente sensibilizados a citral, mientras que
los pacientes con historia de dermatitis atópica estaban sensibilizados más
frecuentemente a 'Lyral' e isoeugenol.
"Las empresas, a la hora de diseñar sus productos,
tienen en cuenta el público al que van a ir dirigidos. Los productos diseñados
para mujeres presentan unos olores característicos y unas fragancias diferentes
a los productos para hombres, o para bebés", explica Sánchez. Así, añade
que estos perfumes también cambian según el tipo de producto cosmético y su
uso. En este sentido, las fragancias utilizadas en la composición de un
desodorante difieren de las de una crema hidratante, e incluso las fragancias
en una crema facial son distintas a las de una crema de manos. Además, la
experta avisa de que las fragancias también están presentes en tratamientos
tópicos, ya que se utilizan para enmascarar ingredientes con mal olor como, por
ejemplo, la urea.
Dónde se
encuentran
"Se ha descrito que en las mujeres las fuentes más
comunes de sensibilización a fragancias son los perfumes y desodorantes,
mientras que en hombres son las lociones aftershave y
los desodorantes", explica el estudio. Además, el geraniol,
que fue el alérgeno más común entre el grupo de población mayor de 65 años
puede formar parte de la composición de tratamientos tópicos, como cremas para
úlceras.
'Lyral', isoeugenol,
y citral fueron los alérgenos más frecuentes en los
pacientes con dermatitis atópica y también isoeugenol
fue el que más sensibilización generó en niños. "Es probable que isoeugenol en nuestro medio esté presente en productos
dirigidos a niños y a atópicos (quizás a concentraciones menores a las
necesarias para aparecer de manera obligatoria en el etiquetado)", explica
el artículo.
'E. prunastri' está presente en el
etiquetado de relativamente pocos productos cosméticos, en contraste con las
tasas altas de sensibilización encontradas a este alérgeno. Esta discrepancia
ha sido relacionada con la posibilidad de su presencia en concentraciones
menores a las necesarias para ser declaradas en múltiples productos. Así, se ha
descrito que la fragancia Evernia prunastri
contiene atranol y cloroatranol,
dos compuestos que le confieren un poder altamente sensibilizante
incluso a muy baja concentración.
Por último, entre los datos a
destacar están los alérgenos responsables del eccema de manos, citral y 'Lyral', que también
están implicados en la dermatitis de contacto. "El citral es uno de los
componentes más frecuentes de los productos de limpieza domésticos, en los que
se busca el aroma a cítrico, de ahí que el contacto directo con estos productos
del hogar probablemente está detrás de las altas tasas de sensibilización al citral en los casos de eccema de manos y en las dermatitis
de origen ocupacional", indica el doctor Silvestre.
Mejorar el
etiquetado y diseñar productos sin ellas
Estos dermatólogos defienden que un etiquetado completo, y
no solo de las 26 fragancias de declaración obligatoria, independientemente de
la concentración, permitiría optimizar el diagnóstico de las alergias
específicas a sustancias concretas. Además, debería considerarse la realización
de pruebas epicutáneas que incluyan marcadores de
alergia a fragancias en los pacientes con eccema tópico o recidivante a los
tratamientos habituales.
"Conocer los alérgenos más frecuentes entre las
fragancias puede ayudar a los gobiernos, a los clínicos, a la industria y a los
consumidores a afrontar los problemas relacionados con esta frecuente causa de
dermatitis de contacto alérgica. A la vista de nuestros resultados, la
industria podría diseñar productos en ausencia o con disminución de la
concentración de las fragancias involucradas en esta patología dirigidos a un
público concreto y a un uso determinado", concluye el doctor Silvestre.